Cirugía del tracto digestivo (resección de tumores)
La cirugía para la resección de tumores en el tracto digestivo es un procedimiento importante que se utiliza para tratar tumores benignos o malignos que afectan a diversas partes del sistema digestivo, como el esófago, el estómago, el intestino delgado, el colon, el recto, el hígado, el páncreas, y la vesícula biliar.
El objetivo de la cirugía es remover completamente el tumor y, en casos de cáncer, asegurarse de que se extraigan suficientes tejidos circundantes sanos para minimizar el riesgo de recurrencia. Dependiendo de la localización y el tipo de tumor, el procedimiento puede variar significativamente:
- Esófago: La esofagectomía se realiza para extirpar una parte o todo el esófago.
- Estómago: La gastrectomía, que puede ser parcial o total, se usa para eliminar la parte del estómago afectada por el tumor.
- Intestino delgado y colon: Se realiza una resección intestinal para extirpar la parte afectada del intestino y luego reconectar los extremos sanos.
- Recto: La resección rectal, a menudo con preservación de esfínteres si es posible, para mantener la función anal.
- Hígado: La hepatectomía, que puede ser parcial o total, dependiendo de la localización y tamaño del tumor.
- Páncreas: La pancreatectomía, que puede incluir la extirpación de la cabeza del páncreas (procedimiento de Whipple) o de la cola.
- Vesícula biliar: La colecistectomía, usualmente realizada si el cáncer se encuentra en las etapas iniciales.
Estas cirugías pueden ser abiertas o realizadas mediante técnicas mínimamente invasivas, como la laparoscopía, dependiendo de la situación específica del paciente, la localización del tumor, y la experiencia del equipo quirúrgico. El tratamiento puede complementarse con quimioterapia o radioterapia, antes o después de la cirugía, para mejorar los resultados del tratamiento, especialmente en los casos de cáncer.